-Gandy dijo que todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas.
Yo estoy de acuerdo con la 1º parte, Mikael tú sabes a qué día me enfrento.Con veintidos años, Gandy ya tenía tres hijos, Mozart había compuesto treinta sinfonías y Bady Hally ya había muerto.Una vez dijiste nuestras huellas actilares no se borran de las vidas que tocamos, ¿eso es cierto para todos o solo es una chorrada poética?
-Ah, ¿eso es una postura política o es por cuestiones médicas quizás?
-No veo porque hay que esperar. ¿Y si me muero comiendo el vindalú?
-¿Es algo probable?
-Es posible, puedo tener una embolia o que un asteroide se estrelle contra el restaurante, moriría sin haber comido lo que más me apetecía de la cena.
-Pero el cálculo... de probabilidades...
-Está bien, garantízame y jura por tu alma inmortal que sobreviviré a mi 1º plato y esperaré.
¡Por cierto! Antes de contestar , si muriese, tendrás que vivir el resto de tu vida sabiendo que no solo me mentiste, sino, que me negaste mi último y deseado capricho, es decir, mi último deseo, ¿estás dispuesto a asumir esa responsabilidad solo para demostrar algo?
Tranquilo lo compartiremos.
-No ésta noche no...
-De acuerdo.
-No he dicho nunca solo ésta noche no.
-¿No he dicho nunca? Así que el postre primero por miedo a un asteroide sí, pero besar a un chico que parece atraerte al menos, antes de desaparecer en la misteriosa noche neyorkina, a ese al que acabas de conocer no, genial.
Bien.
-Eres súper raro.
-Lo sé.
Remember me
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